sábado, 5 de marzo de 2011

Cambios y ampliaciones de lo comentado hasta ahora.

Me gustaría aclarar el concepto de paraliteratura

Anteriormente en la explicación de paraliteratura me he centrado en su función moralizante e instructiva, dejando a un lado otras funciones como; la informativa, social, económica, política….
Desde mi punto de vista el fin de la paraliteratura es el consumo en masa, desprovista de calidad literaria, es decir, carece de función artística. Por la información encontrada, uno de los rasgos que más ha llamado mi atención sobre los textos paraliterarios ha sido la repetición. Esta, está vinculada con el estereotipo, que se convierte en un indicador genérico esencial.

Finalmente, lo que yo he entendido sobre paraliteratura es; que existen dos tipos de producciones literarias, la “literatura culta” y todas las otras producciones literaturas englobadas dentro de lo que se conoce como “Paraliteraturas”. Establecemos lo que es “Literatura” porque nos llega en forma de legado a través del sistema escolar, en el colegio nos hacen leer tal autor o tal obra porque su lectura implica estudiar la “Literatura”. Po tanto yo entiendo como praliterario toda producción literaria marginal y de masas.

A continuación, voy a clarificar la frase; "La literatura infantil no se contempla hasta finales del siglo XVIII y no se empezó a escribir hasta principios de los 90 (siempre con función educativa o moralizante)."

Con esta frase a lo que me quería referir es a que la literatura para niños y jóvenes  ha evolucionado en gran medida desde que se estableció como género independiente durante el siglo XVIII. Anteriormente los cuentos populares y de hadas no estaban destinados para los niños y se comenzó a ver como tal durante el siglo XIX.

La literatura para niños ha pasado de ser una gran desconocida en el mundo editorial a acaparar la atención del mundo del libro. Esto se debe en gran parte al asentamiento de la concepción de la infancia como una etapa del desarrollo humano propia y específica. Esta concepción, no emerge en las sociedades hasta la llegada de la Edad Moderna y no se generaliza hasta finales del siglo XIX, ya que, en la Edad Media no existía una noción de la infancia como periodo diferenciado y necesitado de obras específicas, por lo que no existe tampoco, propiamente, una literatura infantil.

Una vez llegado el siglo XIX con el movimiento romántico, arriba el siglo de oro de la literatura infantil. Son muchos los autores que editan sus obras con una extraordinaria aceptación entre el público más joven.
Son los cuentos de Hans Christian Andersen (hay una entrada en blogger en la que hablo de este autor (Biografía, logros mas destacados…)  Oscar Wilde en Europa, y Fernán Caballero en España) y las novelas como “Alicia en el país de las maravillas” Lewis Carroll-, “Pinoccio” -Carlo Collodi-, las escritas por Julio Verne o” Las aventuras de Tom Sawyer entre otras, las que propiciaron un contexto novedoso para la instauración de un nuevo género literario destinado al lector más joven en el siglo XX, donde la ingente producción de LIJ coexiste con las obras del género adulto.

Ampliación del apartado de subliteratura y ejemplos.

Por la información obtenida y lo entendido hasta ahora, pienso que la subliteratura produce personajes "planos" (es decir, que no cambian desde el principio de la historia; exacerban o reducen sus pasiones, pero no sufren transformación alguna).

Emilio Salgari


Las tramas son extremadamente simples, meras acotaciones para situar “buenos" (que son absolutamente buenos) y "malos" (que lo son también de manera completa); resultan así historias "en blanco y negro", sin esos matices  en gris de la vida que intenta atrapar la genuina Literatura.

El lenguaje que se utiliza es igualmente simple (no "sencillo", sólo simple: unos pocos cientos de palabras bastan, puesto que no hay nada complejo que expresar) y, con frecuencia, el estilo es deficiente, involuntariamente ingenuo y espontáneo("naïf").
 

Salgari sería un buen ejemplo, ya que, gracias al éxito de sus obras, consiguió un puesto como redactor fijo en “La Nuova Arena” que mantuvo hasta 1893. Esto es una característica a destacar de los escritores de subliteratura, ya que, estos cuando pertenecen a una editorial, narran atendiendo a la demanda de esta (demanda de mercado) , privándoles de libertad de escritura. . Otros ejemplos a destacar podrían ser; las novelas de James Bond, de Ian Fleming. Igualmente novelones del tipo “El código Da Vinci”.