miércoles, 4 de mayo de 2011

Prosa

Prosa
A lo largo del siglo XX se produjo un gran cambio en la prosa (evolución).
Para hacer literatura infantil es fundamental conocer la psicología de los niños, es decir, los autores tienen que entender, conocer, saber lo que le gusta a este tipo de público. Tienen que convertirse en niños de nuevo.

Hay autoras como Elena Fortún que escriben literatura para niños pero con personajes que realmente no se identifican con ellos. En cambio autoras como Mercedes Gómez Manzano, centran su narrativa atendiendo a la psicología infantil en todo momento.

Mercedes Gómez Manzano
Mercedes, analiza el equilibrio entre el protagonista y el lector, es decir tiene que haber una evolución paralela en la que compartan intereses (temas universales, como podría ser tener un animal de compañía, los reyes magos…), vocabulario, situaciones cotidianas… El “niño” de la novela (protagonista) no tiene porque ser humano siempre y cuando respete la psicología del lector. Ella va enfocando los temas según la edad de los lectores y los protagonistas tratando de evitar la diferencia de edad entre, consiguiendo de este modo más identidad entre ambos.
Es fundamental que los niños se sientan identificados con todo o por lo menos con parte de lo que leen.
Ej. Si el personaje protagonista es tímido, lo ideal sería que el lector estuviera  en ese momento evolutivo en su vida, de este modo se sentiría identificado. Por eso debemos evitar la lectura de cuentos para los que los niños no están preparados aún. Ej. “La cigarra y la hormiga”.

Algunas características del niño protagonista y del niño lector en el siglo XX
El niño protagonista desde al segunda mitad del siglo XX no es personaje plano, es decir, tiene psicología, esto provoca un acercamiento entre protagonista-lector, es simple y cercano, es un héroe cotidiano (ayuda en casa, a su madre, a sus hermanos…) y no tiene porque ser un niño de carne y hueso, con esto lo que quiero decir es que el niño protagonista puede ser representado por un conejo, oso… pero eso sí, siempre y cuando realice actividades de niño.  

La función del niño lector es simplemente sentirse identificado con el protagonista viviendo la historia desde su momento evolutivo.

Hasta finales del IX en los cuentos se veía bidualismo, es decir, solo había niños buenos o malos. Todo esto cambió en la segunda mitad del siglo XX, en este momento ya no encontramos personajes buenos o malos, sino personajes con valores positivos (extrovertidos, alegres, optimistas, adaptables…) o negativos (pasivos, hipersensibles, excitables, cerrados…).

Para concluir me gustaría destacar algunas características que diferencian la poesía, (al no tener ritmo ni rima) de la prosa.
·        Estética.
·        Utiliza más recursos literarios.
·        Tiene como función la expresión de sentimientos, a diferencia de la prosa (narra)
Normalmente la poesía no es narrativa, a no ser que sea poesía que imita lo folclórico.
Ej. Romance


1 comentario:

  1. - Elena Fortún creó a Celia, con la que las niñas de su época se podían identificar perfectamente. Sin embargo, Mercedes Gómez del Manzano no ha escrito más que libros y artículos de investigación: nunca ha cerado un personaje.

    - A las personas relevantes y desconocidas, nunca se las cita solo por su nombre. Eso se reserva para los amigos. Hay que citarlas por el nombre y el apellido o solo por el apellido. Hablamos de Alberti, no de Rafael.

    - Dices: "Ella va enfocando los temas según la edad de los lectores y los protagonistas tratando de evitar la diferencia de edad entre, consiguiendo de este modo más identidad entre ambos."

    Ella, lo que hace, es analizar la literatura infantil de los últimos años y sacar conclusiones.

    - La timidez no es un momento evolutivo. No entiendo el ejemplo. También tienes que aclarar el de la cigarra y la hormiga.

    - ¿Hasta finales del IX????

    - Tienes que explicar que diferencia hay entre los valores y las características de los personajes planos.

    - El último fragmento sobre la poesía debería ir en la entrada sobre la poesía.

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